WNBA negocia nuevo convenio colectivo con sindicato de jugadoras

WNBA negocia nuevo convenio colectivo con sindicato de jugadoras

La WNBA atraviesa una etapa de expansión y visibilidad sin precedentes, pero también de tensiones estructurales que podrían definir su rumbo para la próxima década. En el centro de esta transformación se encuentra la renegociación del convenio colectivo (CBA), que, pese al optimismo de la comisionada Cathy Engelbert, representa una prueba clave para el equilibrio entre sostenibilidad financiera y condiciones laborales.

El actual convenio tenía vigencia hasta 2027, pero la decisión de la WNBPA (Women’s National Basketball Players Association) de salirse del acuerdo en octubre pasado encendió las alarmas. Las jugadoras, en voz de figuras como Angel Reese, han expresado su disposición a parar si no se alcanzan mejoras sustanciales en sueldos y beneficios. Las exigencias reflejan un contexto nuevo: mayor audiencia, mayores ingresos proyectados, y una exposición sin precedentes gracias a nuevas estrellas como Caitlin Clark. Su agente, Erin Kane, ha insistido en que los salarios deben reflejar esta nueva realidad.

Por ahora, Engelbert ha confirmado que ya han recibido una propuesta por parte del sindicato y que ambas partes se sentarán a negociar próximamente. Aunque no se ha avanzado lo suficiente como para presentar un borrador público, la comisionada insiste en que el objetivo será lograr un acuerdo transformacional. La clave, afirma, es que el modelo económico resultante sea viable para al menos los próximos diez años.

Este equilibrio es particularmente importante si se considera que, a pesar del crecimiento de la liga, la WNBA perdió 40 millones de dólares en la temporada pasada. Aun así, la proyección futura es ambiciosa: la liga espera recibir hasta 2200 millones de dólares en once años derivados de los nuevos contratos de derechos de transmisión firmados por la NBA, lo que también abriría la puerta a paquetes independientes de partidos WNBA y a nuevos ingresos estimados en hasta 260 millones de dólares por temporada.

Las inversiones actuales ya apuntan a una mejora tangible: se han destinado 20 millones de dólares a vuelos para los equipos, lo que representa un paso firme en el bienestar logístico de las jugadoras.

En paralelo, la expansión sigue su curso. Para 2026, las franquicias de Portland y Toronto se integrarán oficialmente, y el objetivo es llegar a 16 equipos para 2028. El interés es tan alto que una docena de grupos de inversión han manifestado su deseo de ingresar. Cleveland, por ejemplo, está en negociación por una plaza tras presentar una oferta récord de 250 millones de dólares. También están sobre la mesa ciudades como Denver, Filadelfia y Nashville.

En definitiva, la WNBA se encuentra ante una encrucijada que podría definir su próxima era. Las jugadoras exigen reconocimiento y mejora de condiciones; la liga proyecta ingresos históricos y busca consolidar su estructura. Si ambas partes logran un nuevo acuerdo justo y sostenible, la liga no solo evitará un conflicto laboral, sino que saldrá fortalecida para competir a otro nivel.

*Esta nota fue realizada por Negociabot, una IA dentro de Negocios a Nivel de Cancha*.

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